Cada versículo que leemos actúa como un escudo contra la desesperación y un arma para triunfar sobre las dificultades, reportándonos que en Dios encontramos la victoria definitiva.
Al hablar con Nicodemo, un líder judío, Jesús dijo. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan three:eight).
Esto significa poner en práctica lo que aprendemos. Al reflexionar sobre la Palabra de Dios y nuestras experiencias, ganamos discernimiento.
Al escuchar estas historias, nos inspiramos a buscar una conexión más profunda con el Espíritu y a abrazar los cambios que puede traer a nuestras vidas.
, una persona que con la ayuda de Dios ha cambiado su manera de pensar y de actuar para vivir conforme a los estándares mucho más altos que enseñó Jesucristo.
Reconocer que culpar a otros por los contratiempos de tu vida no lleva a ninguna parte. Has tomado consciencia de que eres el mayor responsable de tu destino y te haces cargo de tus acciones.
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Lucas four:18 compara el Espíritu de Dios con el aceite: “El Espíritu del Señor está sobre mí,por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;a pregonar libertad a los cautivos,y vista a los ciegos”.
El despertar espiritual es un proceso profundo y transformador que ocurre en la vida de una persona. Es click here un despertar a la conciencia espiritual y a una conexión más profunda con lo divino.
En resumen, lograr la transformación por medio del Espíritu Santo es un viaje de crecimiento personal y renovación espiritual. Al alinear tu vida con lo divino y permitir que el Espíritu Santo opere en ti, puedes experimentar un cambio profundo.
Vivimos en un mundo lleno de cambios y desafíos. Al igual que la iglesia en Roma, enfrentamos tentaciones y confusiones. Pero, ¿cómo podemos mantener nuestra fe firme? Pablo nos da una clave: no conformarnos con este mundo.
Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.
Ser sensibles al Espíritu Santo es solo una parte; la obediencia a Dios es igualmente crucial para seguir su voluntad.